Esta semana escuché una entrevista en RNE a Nuria Verde, autora de una novela basada en los viajes de Graham Greene y Leopoldo Durán por España, El verdadero tercer hombre, que acaba de aparecer en Ediciones del Viento. Como saben muy bien los lectores de este blog, llevo siete años investigando este tema, sobre el que he escrito un reciente libro de 400 páginas, así que me resulta un terreno familiar. Celebro que crezca el interés por esta dimensión biográfica del autor inglés que concierne a nuestro país. Hasta su publicación la única referencia a la conexión española de Greene se limitaba al libro de memorias de su amigo Leopoldo Durán (GG: Amigo y hermano, 1996), más un retrato entrañable que una verdadera biografía con visos de objetividad.
Aún no he leído la novela de Nuria Verde, aunque pretendo hacerlo en breve, así que de momento no puedo hacer un juicio de valor, pero era cuestión de tiempo que apareciera alguna versión novelesca de los viajes greeneanos. Cuando vio la luz mi libro en marzo de 2020 me imaginé que con mucha probabilidad iba a desencadenar alguna. En este caso, sin embargo, no parece un efecto directo de esta causa. La autora es hija de Aurelio Verde, uno de los cuatro conocidos de Durán que se prestaron a poner su coche y conducir a la pareja a lo largo de los quince viajes que realizó el escritor por España. Aurelio prestó este servicio de Tercer Hombre (apodo jocoso usado por Durán/Greene derivado de la película de Carol Reed con guion de aquel) en seis ocasiones, de 1979 a 1984. Como dice Nuria Verde, desde niña oyó a su padre contar anécdotas de sus periplos, y llevaba bastante tiempo contemplando la posibilidad de volcarlas en forma de novela, incluso disputándole el proyecto al propio Aurelio.
Como parte de mi investigación conseguí entrevistar a los cuatro Terceros Hombres, y Aurelio fue el último con quien hablé, en junio de 2017, un año antes de su prematuro fallecimiento. Tanto él como su mujer Pilar me recibieron en su casa de Málaga y me trataron con exquisita amabilidad, y pasé unas dos horas tomando nota de sus recuerdos greeneanos. Sin duda, en las declaraciones radiofónicas de Nuria detecto ecos de puntos de vista de su padre tal como me los contó aquel día.
Por tanto, no tengo claro que mi libro haya influido demasiado en esta nueva publicación, aunque quizá la noticia de que estaba en gestación pudo haber espoleado a su autora a acelerar su proyecto. Esto es mera especulación, claro. Sin embargo, la presentadora del programa Pepa Fernández (que aún no me ha invitado) hace una referencia velada cuando afirma que: “Hay quien dice que [Greene] venía a España como informador”. Que yo sepa, soy el único que ha mantenido esta hipótesis por escrito, así que me doy por aludido. Pero Nuria niega la mayor, y afirma que Greene tuvo como prioridad visitar a su amiga portuguesa y antiguo amor Maria Newall. Aquí es donde encuentro un primer punto de discrepancia. En mi libro aporto algunos argumentos que apuntalan mi hipótesis, y que contradicen la opinión de Verde según la cual Greene “no tenía ningún motivo político” para venir. Admito que no gozo del don de la infalibilidad, pero ya que he investigado el asunto durante siete años, habría sido enriquecedor considerar al menos mis argumentos antes de invalidarlos de un plumazo.
De modo similar, a lo largo de la entrevista se oyen otras afirmaciones que contradicen mis conclusiones: se dice que Greene vino a España “cada verano durante 11 años”, empezando “a principios de los ochenta”, cuando en realidad fueron 15 viajes, no siempre en verano, de 1976 a 1989. Se dice que Greene ingresó en el “M16” [sic] y que “había sido espía para poder escribir una novela de espías”, lo cual contradice todo un libro de Michael Brennan (2016) que detalla la complejidad de la dimensión secreta de Greene (que, por supuesto, cito). También se dice que la novela Monseñor Quijote nació en el coche de Aurelio, cuando en realidad nació dos años antes de que se incorporara, en 1977, en el del primer Tercer Hombre, Miguel Fernández (al que no se menciona, ni a ninguno de los otros tres). Se dice que la biografía amistosa que escribió Durán era una “novela (coñazo)”; y finalmente se presenta como uno más de los “secretos” que desvela el nuevo libro el hecho de que a Greene no le dieran el nobel por su tórrida relación con una joven sueca, algo que ya explica el biógrafo Norman Sherry en su libro de 2004 (pp. 720-22).
En fin, como apunto arriba, lo más emocionante es que este
nuevo libro remueve un poco más las aguas del interés por lo que vino a hacer
Greene en España. Leeré pronto la novela. Y os la comentaré aquí, por supuesto.
PD.: Esta semana ha vuelto a salir Viajes con mi cura en la prensa. Aquí van los enlaces: Levante. El Periódico.
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