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Mostrando entradas de septiembre, 2021

Mi último libro: La Bandera irlandesa del Tercio

Os anuncio aquí la publicación de mi vigésimo primer libro, una edición crítica y traduccción anotada del texto de 1938 Cruzada en España, escrito por el general irlandés Eoin O'Duffy,quien participó en la Guerra Civil  entre 1936 y 1937. Transcribo el resumen de contraportada.   Cruzada en España es el texto que surgió de una movilización única en su género en la Irlanda de 1936, promovida por una figura controvertida, hoy desprestigiada, pero influyente en su tiempo como fue el general Eoin O’Duffy. La campaña para formar una brigada irlandesa apeló a miles de voluntarios, desde adolescentes a hombres de media edad, que estuvieron dispuestos a dejar casa, trabajo y familia para luchar y acaso morir por una causa ajena. De esos acabaron viajando a España menos de setecientos, pero no deja de ser un contingente digno de atención.  En un momento de su vida en que su influencia política en la escena irlandesa iba en declive, O’Duffy se implicó en cuerpo y alma en esta aventura, que

La Casa de Papel, thriller antisistema (III)

(viene de la entrada anterior ) Aunque este planteamiento incurre en numerosas contradicciones, La Casa de Papel representa la rebelión contra el sistema autoritario y corrupto por parte de los colectivos más desfavorecidos. Así lo expresa Palermo en su arenga-con-moraleja: “Esta guerra la vamos a perder, pero muy despacio. Y a ustedes, chicos y chicas de rojo [sic], nosotros… que somos un puto descarte social, que somos los grandes marginados de la historia –trans, delincuentes, arrabaleros, gais, balcánicos, latinoamericanos— ¿qué carajo nos van a decir a nosotros de perder? Sabemos cómo cala en los huesos esta derrota lenta.”   (T5, E 3, 28:00) En efecto , los atracadores que secuestran a punta de metralleta a decenas de rehenes y quieren privar a España de su reserva de oro (¿una coincidencia con el 36?) son en el fondo gente maja, con sus defectillos, pero plenamente entrañables. Luchan por una buena causa y nunca matan salvo cuando no hay más remedio. Y sin propinan una paliz

La Casa de Papel, thriller antisistema (II)

Ya que en su momento hice un comentario sobre los aspectos sociológicos del exitoso thriller La Casa de Papel , me apetece, recién terminada la quinta temporada, retomar la crítica de esta serie que ha logrado cotas tan impresionantes de audiencia. Hoy me limitaré a una valoración general de la evolución de la historia, y la semana próxima (D.m) volveré a cuestiones de trasfondo. Mi impresión de esta quinta parte es que La Casa de Papel ha caído en el mal propio de toda serie de éxito: estirarse a toda costa, hasta que acabe por derribo. No deja de ser entretenida, que conste, pero el atractivo equilibrio de expectativas, tensión, sorpresa y complejas relaciones entre un conjunto de entrañables ladrones ha devenido un continuado estruendo de cañonazos, ráfagas de ametralladora, explosiones y juramentos. En estos momentos los bandidos (y acaso los espectadores) no saben por qué están encerrados en el Banco de España: si es la suya una cruzada por la justicia social, si quieren vengar

Aterriza como puedas

  Las variadas contradicciones derivadas de algunas medidas Covid sigue siendo un tema digno de comentario. Esta última semana, después de dos años sin hacerlo, he tomado dos autobuses de línea y tres aviones. Ingenuo de mí, pensaba que la alerta pandémica habría modificado de alguna manera los hábitos de viaje, en términos de una mayor distancia interpersonal, mejor ventilación o mejor higiene. Pues bien, en esta breve pero intensa experiencia, mi conclusión es que no. Tanto autobuses como aviones en su clase ordinaria siguen aprovechando al máximo el espacio entre asientos, ergo los pasajeros siguen pasando cuatro, cinco o más horas rodeados de extraños a corta distancia. Incluso se dio la curiosa circunstancia de que mi compra por internet de dos billetes no implicó que ambos asientos estuvieran juntos, por lo que mi acompañante y yo tuvimos respectivos compañeros. En el avión no fue mejor. El viajero de mi derecha me tocaba el hombro y el muslo (involuntariamente, espero) a lo