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Mostrando entradas de marzo, 2021

Semana Santa sin imágenes

Comienza hoy la Semana Santa 2021, la segunda sin procesiones ni manifestaciones multitudinarias de las últimas décadas (hay que remontarse a los años de la Segunda República para la anterior interrupción). Aunque concibo esta celebración como una oportunidad de reflexión y crecimiento, nunca he sido un gran seguidor de su carácter folklórico, en el buen sentido de la palabra. Cuando me animo a salir a la calle a ver las procesiones, no suelo permanecer de pie en el mismo sitio mucho rato, y con frecuencia tiendo a emprender un fast-forward caminando y adelantando a los procesionarios. En otras ocasiones propicias me ha sobrevenido la inspiración para algún relato ( véase el de hace dos años ). Respeto mucho, sin embargo, a quienes lo viven de otra manera. A los que revientan zapatos desfilando durante horas bajo climas primaverales muy variables; a los que se desloman cargando a hombros los pasos como costaleros; a los músicos que ensayan las marchas desde el verano anterior; a lo

Mañana, la buena muerte

El pasado viernes escuchaba yo por Radio 5 (RNE) la noticia de la aprobación de la nueva Ley de Eutanasia en el parlamento español. Este evento (me pareció) se retransmitía en tonos altamente laudatorios, cuasiépicos, como si sus señorías (SS) hubieran conseguido descubrir la vacuna definitiva del Covid, o la cura permanente contra el cáncer. Aunque, bien mirado, no conviene descartar que algunos de sus promotores hayan tenido tales fines en mente. Prometo por mi honor un comentario sobre el tema algo menos superficial de lo que acostumbro (aunque no śe si lo cumpliré). De momento, valga la predecible referencia a mi novela más progresista, Solo yo me salvo (2011) .  A diferencia de Orwell en su  1984 , en mi distopía en clave de humor (es un decir) tuve el acierto de no indicar la fecha en la que el futuro llegaría a ser presente. Por suerte (es otro decir), da la impresión de que tal proceso se adelantará algo más de lo previsto, y de que queda menos para la implantación del derecho

El Logroño de ayer y de hoy, de Bruno Calleja

Estos meses en que apenas podemos viajar, ni siquiera a comunidades vecinas, pueden constituir un buen momento para redescubrir los rincones de nuestras localidades habituales. En general, revalorizar lo cotidiano se antoja un ejercicio admirable, y puede ser fuente de gratísimas sorpresas en nuestras vidas, y quizá una de las claves de la sabiduría. Y para este objetivo puede ser de gran ayuda un libro como el que presentó el joven historiador Bruno Calleja Escalona el pasado martes, ¡ Cómo hemos cambiado!: El Logroño de ayer y de hoy , en el que esboza la historia de 25 edificios o emplazamientos que han marcado la personalidad arquitectónico-patrimonial-cultural de la ciudad. Foto: Óscar Solorzano Aunque no me lo acabo de creer, llevo más de un cuarto de siglo residiendo en Logroño, y habría jurado que conocía bastante bien sus esquinas y calles. Pero tras leer el libro de Bruno me he dado cuenta una vez más de nivel tan superficial de realidad en el que nos movemos cotidianamente.

La España perimetrada

Hace unos años, mi admirado Sergio del Molino popularizó la expresión “España vacía” para referirse a la despoblación progresiva del entorno rural. Más tarde María Sánchez quiso matizar más el concepto aportando el participio “vaciada”, y recientemente sigue habiendo reinventores de términos que matizan aún más (o menos), tales como Campo Vidal con la “España despoblada”. En cualquier caso, las diversas imágenes apuntan a un proceso que avanza como una mancha imparable y se extiende por la geografía nacional de modo irreversible.  Llevamos meses, sin embargo, de otro fenómeno no menos alarmante que podríamos denominar la “España perimetrada”. Los sabios que gobiernan nuestros territorios autónomos han descubierto el RH que antaño predicó Arzalluz (si te acuerdas, eres grupo de riesgo), y han cerrado las fronteras, sabedores de esta verdad universal: que el covid muta cuando el cajetín naranja que indica la carretera cambia de letras. Esto tiene especial enjundia cuando se vive en una c