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Mostrando entradas de noviembre, 2020

Traducir a Evelyn Waugh

El pasado jueves impartí una charla online en la Universidad Pablo Olavide de Sevilla para cerrar un ciclo de conferencias dedicado a la traducción. Esta invitación me hizo volver a desempolvar una faceta que tengo un tanto postergada, la de traductor. Entre 2008 y 2012 me mantuve bastante activo en este frente: había sacado mi primera traducción, Hombres en armas (2003), el poema “The Pilgrim to Compostella” de Robert Southey en Viajeros y peregrinos en el camino de Santiago riojano (IER, 2004), y a partir de ese año trabajé duro en Neutralia (Menoscuarto, 2009), Oficiales y caballeros (Cátedra, 2010), Vagabundo en París y Londres (Menoscuarto, 2010), Rendición incondicional (Cátedra, 2011, con Gabriel Insausti) y finalmente Izad más banderas (RBA, 2012). Pero desde este libro no he vuelto a traducir, y de verdad que lo echo de menos.   No es cuestión de que haya colgado los diccionarios; la culpa (por decirlo de alguna forma) la tienen otros proyectos en los que me he embarc

Elecciones a rector

 Este martes 17 se celebran elecciones a rector en mi universidad. Se presentan dos catedráticos de dilatada experiencia, uno para renovar mandato, otro como aspirante. ¿A quién voy a votar?, me planteo. Y esta cuestión me lleva a una (peligrosa) deriva autobiográfica que, como no os puedo negar nada, paso a desarrollar. Llevo más de un cuarto de siglo como profesor en la Universidad de La Rioja (UR), y este hecho, además de evidenciar que (por suerte o desgracia) no nací ayer, conlleva que por mi vista han pasado cinco rectores con sus siete equipos rectorales. Podría afirmar que no me parece que ninguno de ellos lo haya hecho mal; incluso alguno bastante bien. Pero desde la aludida perspectiva autobiográfica, constato que ninguno ha contado conmigo para encomendarme alguna tarea de gestión. Con la excepción de mis cinco primeros años acompañando al bendito Carmelo Cunchillos en la dirección departamental, lo cierto es que la UR apenas me ha puesto a prueba como gestor. Casi to

Una de Trump, otra de Biden

No, no me gustaba Trump (hablemos ya de él en el pasado). Sé que merecía varios epítetos no demasiado halagüeños, pero ni es mi estilo dedicárselos ni parece noble hacer leña del árbol caído, así que dejémoslo en la lítotes de que su perfil no digno de un dirigente al frente de los destinos de 328 millones de ciudadanos libres. Estos días vuelven a proliferar mensajes en las redes sociales en los que los más inesperados remitentes de nuestro país exultan de gozo ante la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, una euforia que me recuerda el ingenuo optimismo desatado por el acontecimiento planetario de la presidencia de Barack Obama. Quizá esto venga en parte motivado por el característico maniqueísmo que acecha a nuestra opinión pública, que, en lo que me alcanza la memoria, siempre ha conferido cierta aura de supervillanos a los presidentes republicanos. Así, desde Ronald Reagan, que bailaba con la Thatcher el vals del libremercado, hasta Bush padre e hijo, buscadores de petróle

Trump for prophet!

Leer periódicos antiguos puede ser un pasatiempo demoledor. En mi caso este del 2 de marzo del presente me encontró él a mí esta mañana, muy oportuno. Según el recorte, Trump aseguraba que el Covid era una exageración urdida por los demócratas. No tiene desperdicio. Ay, en manos de quienes estamos... Pues eso, God save America!