Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de abril, 2017

Ab renuntio

Espero que hayáis pasado/ estéis pasando un buen Día del Libro 2017. He de confesar que no soy muy proclive a esta celebración. Lo recuerdo como un día en que muchos aficionados a las letras se ponen de acuerdo para contraprogramar actos de desigual interés por toda la ciudad. Algunos de estos, como la lectura del Quijote  ininterrumpida, solo pueden haber procedido de una mente diabólica. Por suerte, este año cae en domingo. Para conmemorarlo a mi manera reproduzco uno de los poemas más petulantes de Nada personal . Si alguien cree que me paso, que recuerde con Pessoa que el poeta finge mucho. A algo, por lo menos. AB RENUNTIO Artistas del halago y de los cursos de verano, expertos en todo que animáis los centenarios, amiguetes del difunto que posáis conmocionados y aportáis el panegírico afligido, promotores de cultura que os sentáis al frente cuando tal banquero presenta un poemario , rapsodas invitados a tartamudear pasajes somnolientos del Quijote cada

EL CRISTO DE VILLAR

No hace mucho un amigo jesuita me preguntó si había escrito poesía religiosa, y le mandé lo más parecido que tenía, es decir, este antiguo poema, dudoso candidato. En fin, lo cuelgo antes de que acabe la Semana Santa, para que la ambientación no decaiga . EL CRISTO DE VILLAR Sí, Dios mío, Tú, el de la cruz, contigo quiero yo charlar un rato, vengo a distraerte de tu angustia agonizante, de tu muñeca desangrante desgarrada, de la carne descosida que han grapado en el madero, vengo a aburrirte con mis ñoños pasatiempos y te digo que aunque llevo nosecuantos años repitiendo que te amo el verte así me causa poco más que un cosquilleo. Contigo quiero yo charlar un rato, perdona que, como siempre, escogiera un mal momento lo siento, querría haberte visto antes, verte en el huerto quizá pero se me hizo tarde --llegué, claro, tarde--, todo el mundo se había ido, me dijeron que estarías en alguna parte, que te buscara, a ver qué tal. Pues bien, t

Carmelo Cunchillos Jaime

Hoy se cumplen siete años de la muerte de mi querido compañero y amigo Carmelo Cunchillos Jaime, catedrático de literatura inglesa de la Universidad de La Rioja. Me he acordado del obituario que escribí en su momento para el diario La Rioja y me apetece reproducirlo aquí.  Que en paz descanses, Carmelo. EL PRIMER RIOJANO QUE ME INVITÓ A CENAR Hay personas que dejan huella indeleble en su paso por nuestra vida. Son acaso las personas de las que merece la pena hablar, aunque sea así, in memoriam . A diferencia de ese personaje de El gran Gatsby que afirmaba que sólo compensa rendir tributo a los vivos, a mí me cuesta alabar a los que lo merecen en su presencia. Así que sirvan estas líneas como modesto tributo de cariño y agradecimiento al que fue mi compañero y amigo, Carmelo Cunchillos Jaime, que nos dejó el viernes 9 abril, tras luchar durante años contra una larga enfermedad. Le conocí en octubre de 1994, poco después de llegar yo a la joven Universidad de

Un simple argumento contra el ateísmo

Imaginemos que alguien nos preguntara: ¿Existe alguna persona en el mundo que se llame Sinforoso Ahmed Wang O’Connell? La mayoría contestaría: “No lo sé, no lo conozco.” Quizá alguno diría: “Sí, un gran tipo. Un poco reservado, quizá.” Un increyente afirmaría: “No, no existe. ¿Por qué? Porque nunca me he topado con nadie que se llame así.” Las respuestas aceptables serían la primera y la segunda (suponiendo que fuera sincera, claro). La tercera no tiene fundamento, salvo que el entrevistado tuviera acceso al censo de todos y cada uno de los más de 7.000.000.000 habitantes del planeta. Y, aún así, no podría descartar que Sinforoso Ahmed Wang O’Connell acabara de nacer en algún rincón ignoto. Igualmente, para ser ateo, creo yo, hay que hacer un contundente e injustificado acto de cerrazón a la trascendencia, al mundo de lo espiritual, del que sabemos tan poco. Si no conocemos lo que hay más allá de los límites del universo, ¿cómo podemos negar que exista una pres