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Mostrando entradas de febrero, 2021

El silencio de Franz Jalics (1927-2021)

Hace unos días falleció un autor que me ha dejado huella; se trata de Franz Jalics (1927 -2021), jesuita y místico húngaro, impulsor de la meditación contemplativa como un camino de buscar a Dios no tanto a través del raciocinio o de la acción, o siquiera del sentimiento, sino a través de la percepción. Su obra más representativa, donde expone este sugerente camino con extraordinaria pedagogía, es Ejercicios de contemplación , un libro para leer en pequeñas dosis. De joven Jalics sirvió en el ejército húngaro durante la Segunda Guerra Mundial y allí, según expone en el citado libro, experimentó las primeras llamadas a poner su vida en manos de la Presencia que le susurraba que seguía estando allí a pesar del tremebundo y deprimente galimatías en que se había convertido la Historia contemporánea. Años después, ya jesuita, fue destinado a Buenos Aires, donde trabajó entre la población desfavorecida del Bajo Flores. Allí, en 1976, fue secuestrado por la dictadura argentina junto con otro

Follow the leader leader

Uno de los elementos clásicos del cine histórico-épico es la arenga del líder bélico antes de la batalla decisiva, en un punto en que acaso sus huestes se hallan desmoralizadas. Como es previsible, el líder consigue dar la vuelta a la situación, y este efecto vivificante le hace merecedor de que le perdonemos pequeñas incongruencias contextuales, como puede ser la pretensión de que un hombre a caballo se haga oír por miles de combatientes antes de la invención de la megafonía, o que en épocas aún oscuras se esgriman argumentos como “Lucháis por la libertad”, “por la democracia”, etcétera.  Antes de que Hollywood inventara este tópico, autores como Shakespeare ya lo utilizaron con gran éxito. No deja de emocionarme la escena de Enrique V en la que un joven Kenneth Branagh, con esa boquita de buzón que Dios le ha dado, insta a sus soldados a no desanimarse ante la inferioridad numérica contra los franceses de Agincourt (“No deseo ni un hombre más”), y recuerda que en esa batalla todos l

Adiós, año de la Rata

Uno de los leitmotivs de las últimas felicitaciones de año nuevo incidía en el carácter de annus horribilis de 2020, lo que supuestamente facilitaría que 2021 mejorara su predecesor. Sin embargo, lo que llevamos de año nuevo no parece haber marcado una gran diferencia en lo tocante al rumbo agorero de nuestras fortunas; así que igual deberíamos intentar el recomienzo de los buenos deseos dentro de las coordenadas del Año Nuevo Chino. En efecto, el 12 se despidió el fatídico Año de la Rata y dio paso al Año del Buey. Vaya por delante que no consigo entender qué alineación astral u otras disposiciones cósmicas pueden motivar que un año, empiece cuando empiece, observe un carácter distintivo respecto al precedente o posterior. Pero también admito que apenas conozco a alguien que declare que en el pasado año ratil le hayan salido bien las cosas. Al contrario, la inmensa mayoría de los congéneres que han pasado por mi vista han sufrido alguna pérdida irreparable o algún revés de fortuna

Agravirus comparativos

No os extrañe que en mis recientes entradas afloren con cierta frecuencia reflexiones (algo irreflexivas) sobre las paradojas derivadas del estado de excepción pandémico. Es lo que vivimos y respiramos (con mascarilla), lo que nos ha cambiado la vida a todos sin que pudiéramos haberlo sospechado siquiera un año atrás.  En esta ocasión me referiré a una medida escolar que se aplica en algunas comunidades autónomas (ya se sabe que el virus muta cuando cruza las fronteras regionales). Si un colegial tiene que quedarse en casa por haber dado positivo o por confinamiento preventivo, puede acceder a la grabación de las clases online (si el colegio se puede permitir ofrecerlas, claro) y así no se retrasará tanto en las materias. Pero si el motivo de la ausencia es una gripe, resfriado, paperas, varicela, rotura de ligamentos, o las miles de posibles afecciones que pueden sobrevenir, entonces al colegial no se le concede acceso a las clases en modalidad virtual. Además, según mis informantes,