Ir al contenido principal

Agravirus comparativos

No os extrañe que en mis recientes entradas afloren con cierta frecuencia reflexiones (algo irreflexivas) sobre las paradojas derivadas del estado de excepción pandémico. Es lo que vivimos y respiramos (con mascarilla), lo que nos ha cambiado la vida a todos sin que pudiéramos haberlo sospechado siquiera un año atrás. 

En esta ocasión me referiré a una medida escolar que se aplica en algunas comunidades autónomas (ya se sabe que el virus muta cuando cruza las fronteras regionales). Si un colegial tiene que quedarse en casa por haber dado positivo o por confinamiento preventivo, puede acceder a la grabación de las clases online (si el colegio se puede permitir ofrecerlas, claro) y así no se retrasará tanto en las materias. Pero si el motivo de la ausencia es una gripe, resfriado, paperas, varicela, rotura de ligamentos, o las miles de posibles afecciones que pueden sobrevenir, entonces al colegial no se le concede acceso a las clases en modalidad virtual. Además, según mis informantes, parece que las autoridades académicas autonómicas vigilan estrechamente que esta medida se cumpla a rajatabla. 

Creo que la justificación institucional es que se pretende evitar que algunas familias promuevan el absentismo de sus hijos al aula con motivos falsos, pero lo que se consigue es una discriminación de índole sanitaria. Sin comentario.

Relacionado con esto, leía hace poco las declaraciones del presidente de la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer, quién afirmaba que el cáncer "es una pandemia que todos los años afecta a unas 280.000 personas en España". Con motivo del Día Mundial contra el Cáncer, Luis Paz-Ares declaraba que la crisis del coronavirus había reducido en torno al 30% de actividad investigadora sobre el cáncer. 

No sé si el machismo matará más que el coronavirus, como declaraba alguien, pero el cáncer claramente sí. Sin embargo, esto no ha provocado que la Administración nos proteja de él con la contundencia coercitiva que ejerce en la pandemia. Ni siquiera obsta para que vender tabaco sea una de las actividades comerciales "necesarias" que no cierran cuando miles de otras lo hacen por mandato, a pesar de la relación tan estrecha que guarda su consumo con el desarrollo de algunos tipos de cáncer, como el de pulmón, cavidad oral, faringe, laringe, esófago, estómago, cuello de útero, vejiga, riñón, páncreas y próstata, además de la leucemia mieloide aguda. Además, se estima que el efecto carcinógeno del tabaco se asocia al 16-40% de los casos de cáncer en general.

¿Tendrá esto algo que ver con que el Estado se lleve una tajada no pequeña de la venta? Pero, me pregunto yo, ¿son el suministro de tabaco y la administración de lotería dos de los servicios prioritarios que los estados deben proporcionar a su ciudadanía? Que alguien me lo explique.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El silencio de Franz Jalics (1927-2021)

Hace unos días falleció un autor que me ha dejado huella; se trata de Franz Jalics (1927 -2021), jesuita y místico húngaro, impulsor de la meditación contemplativa como un camino de buscar a Dios no tanto a través del raciocinio o de la acción, o siquiera del sentimiento, sino a través de la percepción. Su obra más representativa, donde expone este sugerente camino con extraordinaria pedagogía, es Ejercicios de contemplación , un libro para leer en pequeñas dosis. De joven Jalics sirvió en el ejército húngaro durante la Segunda Guerra Mundial y allí, según expone en el citado libro, experimentó las primeras llamadas a poner su vida en manos de la Presencia que le susurraba que seguía estando allí a pesar del tremebundo y deprimente galimatías en que se había convertido la Historia contemporánea. Años después, ya jesuita, fue destinado a Buenos Aires, donde trabajó entre la población desfavorecida del Bajo Flores. Allí, en 1976, fue secuestrado por la dictadura argentina junto con otro ...

Cuentos en la escuela del futuro

A propósito de mi entrada de la semana pasada , no puedo reprimir el impulso de reproducir el principio de la escena de Solo yo me salvo  en la que el anciano Malaquías Winkle, quien ha vivido recluido en las últimas décadas de un futuro no muy lejano, visita una escuela. NOTA: Puede haber alguna expresión lingüística que el hablante de castellano de 2019 aún no domina. Se ruega, pues, paciencia.           —A tent@s a lo que viene. Caperucita Progresista se acercaba a casa de su abuelita, una ciudadana cronoavanzada pero en pleno dominio de sus facultades y consciente de sus derechos y obligaciones como ciudadana de una república tolerante, cuando se le acercó el lobo interesándose por los contenidos de su multitáper. Su pregunta no podía en absoluto ser catalogada como indebida ingerencia en las opciones libres de adquisición, sino más bien justificada por la indigencia de un animal marginal infraalimentado, inse...

TIEMPO DE DUDAS

Adjunto versión abreviada de la reseña aparecida en Fábula 31 de Mientras ella sea clara , firmada por Gonzalo Martínez Camino, profesor del departamento de Filología de la Universidad de Cantabria. Obviamente, el hecho de que reproduzca reseñas en este blog no implica que esté en total acuerdo con todo lo que se dice. Tampoco estoy en desacuerdo con lo que dice el profesor M. Camino, que conste. Hasta la fecha no me he enfrentado aún a la reseña denigrante o humillante. No sé si la reproduciré aquí cuando llegue el momento, ya os contaré.  En este caso, el haber abreviado la reseña se debe al sencillo motivo de que es muy extensa, y a veces el lector de reseñas no tiene tanta paciencia. TIEMPO DE DUDAS             (…) Esta no es una novela sobre los entresijos psicológicos de Clara y mucho menos una bildungsroman : su historia no es la de la construcción de un carácter, sino la de un lío en la que un personaje ya hech...