Este pasado miércoles, desde la asociación de voluntariado universitario ASUR, entregamos los diplomas de participación a unos sesenta y pico estudiantes (la mitad aproximada de los totales) que han colaborado durante todo el año en tareas solidarias, en especial en el programa de apoyo educativo a menores en desventaja educativa, fuera del horario escolar en centros públicos de Logroño. Fue un acto sencillo en el que quisimos agradecer desde la asociación la colaboración firme y continuada de estas personas jóvenes que entregan su tiempo a los demás.
Como me pasa todos los años, no pude reprimir una breve perorata expresando la emoción que me causa seguir viendo a gente joven desempeñar voluntariado desinteresadamente. ASUR cumple veintiocho años este curso, y desde 1995 han pasado ante mis ojos miles de estudiantes con similar despliegue de entusiasmo y solidaridad. Les recordé que es propio de la juventud la ilusión de cambiar el mundo, y es bueno que así siga siendo. Pero, aportando mi perspectiva desde la edad madura, admití que no es fácil cambiar las estructuras, pero sí que está a nuestro alcance mejorar un poco nuestro entorno, y el pequeño o gran bien cercano que hacemos se extiende como las ondas concéntricas en un estanque.
Nunca me canso de comentar una de las realidades más emocionantes de mi trayectoria al frente de ASUR: ver cómo ha habido niños y niñas beneficiarios de nuestro programa de apoyo educativo, muchos procedentes de familias inmigrantes, que mejoraron mucho en sus estudios, consiguieron llegar a la universidad, y una vez aquí se han prestado a su vez a impartir apoyo a otros menores. Toda una cadena de hacer el bien que por sí sola se multiplica. Conozco algunos casos con nombre y apellido, pero estoy seguro de que habrá centenares más de historias desconocidas, que no hace falta saber.
Relacionado con lo anterior, este año he constatado una importante presencia de voluntariado con apellidos de origen extranjero, lo cual es índice de integración e inclusión. Y la nota de perspectiva de género: si en toda la historia de ASUR las chicas han sido mayoría aplastante, este año se mueven en torno al 95 por ciento.
En fin, así da gusto cumplir años. Pero… ¿seguiremos cumpliendo? Os tengo que contar un secreto: hay una delegación provincial de una institución estatal empeñada en cargarse ASUR. ¿Os lo podéis creer? En fin, hoy no me da tiempo a dar más detalles. Os lo contaré otro día, ¿vale?
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