Ir al contenido principal

Ignacio Ferrando, Fábula 53 y la Inteligencia Artificial

El jueves 22 de junio se presentó en Logroño el número 53 de la revista literaria Fábula, en el renovado salón de actos del histórico instituto Sagasta. Como suele ser habitual contó con un padrino que iluminara el evento, y en este caso fue Ignacio Ferrando, un autor que en los últimos años ha publicado varias obras de narrativa imprescindibles, entre ellas la que acaba de sacar Tusquets, El rumor y los insectos, que presentó el día siguiente en la librería Cerezo.

Ignacio Ferrando disertó sobre un tema de plena actualidad: hasta qué punto la Inteligencia Artificial puede escribir como los humanos, lo que entronca con varias cuestiones fascinantes a la par que turbadoras: la diferencia entre parecer humano y ser humano, qué es lo que nos hace humanos, qué es lo que nos lleva a comportamientos previsibles y gregarios.

Ignacio rodeado de Evelyn Pérez y Goyo Clavijo

A lo largo de una hora que discurrió como un suspiro, Ignacio hilvanó anécdotas y argumentos para distinguir que las máquinas crean tablas de frecuencias, pero (al menos de momento) no pueden aportar una visión ética de la creación literaria, ni tampoco original, y no alcanzan otras condiciones de la escritura humana como su intrínseca contradicción, la vivencia experiencial, la ironía, o incluso la mera imperfección.


Entre las anécdotas suculentas (pero altamente inquietantes) mencionó ejemplos de cómo el Chat GPT puede aportar información ilegal si se la formulas con la perífrasis adecuada, o de cuando le pidió que redactara una historia “conmovedora”, y el bendito chat le aporto una que empezaba con algo así: “Érase una vez, en un mundo gobernado por las máquinas…”

A lo largo de la velada Ignacio defendió la figura del escritor verdadero, aquel que busca ser a través de la escritura. Y concluyó con un toque irónico; la IA sí que puede escribir una obra de consumo, un bestseller, y por tanto, quizá en un futuro próximo se conceda los premios Planeta a un algoritmo. Saldría más barato.



Comentarios

Entradas populares de este blog

¡CATEDRÁTICO!

Muchos me habéis preguntado por ese enigmático toro que iba a lidiar el pasado lunes. Pues bien, se trataba de la prueba del concurso público a catedrático de universidad. Y sí, la pasé con éxito. ¡Alégrate conmigo! Quienes no estéis muy familiarizados con estos procesos quizá os confunda un poco que en la entrada de 24 junio 2022 anunciaba la obtención de la acreditación de catedrático a nivel nacional. Este era el primer paso, quizá el más importante, una condición sine qua non . Pero luego una universidad española debe convocar concurso, y uno debe presentarse, preparar las pruebas y obtener la plaza. Así que lo que ahora celebro es haber llegado al final de este camino. El primer ejercicio de la prueba consistía en defender el propio historial académico, docente e investigador. Hablar de sí no suele resultar muy arduo a un profesor universitario, y menos aún si es escritor. Así que, si me perdonáis que prolongue esa apologia pro vita mea con la que arranqué, compartiré aquí un

La coleta de Pablo Iglesias

Este miércoles 12 de mayo conocimos la gran noticia. Por encima de los tambores de guerra entre Israel y Palestina y los 188 muertos en la ofensiva israelí sobre Gaza; de las decenas de muertos por coronavirus aparecidos en el Ganges; de la explosión en Afganistán que dejó 85 muertos, la mayoría niñas; de la tensión en Nyamar o de los disturbios en Colombia... apareció la gran noticia que todos aguardábamos: Pablo Iglesias se ha cortado la coleta. Incluso quienes hacen de la Igualdad su ariete para derribar fortalezas y murallas acaban demostrándonos que este mundo no es igualitario. Los científicos buscando vacunas, el personal sanitario entregando sus vidas en servicio, los maestros acometiendo día a día esa labor tan ingrata y tan necesaria, los intelectuales buscando nuevas formas de entender el mundo... Incluso cualquier ciudadano normal que vaya a su trabajo o cuide de su familia... Ninguna de estas personas de mérito se gana titulares que sirvan para que la ciudadanía se inspire

Cuentos en la escuela del futuro

A propósito de mi entrada de la semana pasada , no puedo reprimir el impulso de reproducir el principio de la escena de Solo yo me salvo  en la que el anciano Malaquías Winkle, quien ha vivido recluido en las últimas décadas de un futuro no muy lejano, visita una escuela. NOTA: Puede haber alguna expresión lingüística que el hablante de castellano de 2019 aún no domina. Se ruega, pues, paciencia.           —A tent@s a lo que viene. Caperucita Progresista se acercaba a casa de su abuelita, una ciudadana cronoavanzada pero en pleno dominio de sus facultades y consciente de sus derechos y obligaciones como ciudadana de una república tolerante, cuando se le acercó el lobo interesándose por los contenidos de su multitáper. Su pregunta no podía en absoluto ser catalogada como indebida ingerencia en las opciones libres de adquisición, sino más bien justificada por la indigencia de un animal marginal infraalimentado, inserto en una sociedad primitiva —por culpa de la ex