Esta especie no es exclusivamente de ciclos veraniegos, pero desarrolla sus plenas potencialidades en tal estación de aglomeraciones y escasez de espacio público. Como la mayoría de las especies que estudiamos en nuestra Fauna Urbana, esta tampoco considera relevante que existan otros seres en el mundo distintos de sí, pero en su caso tal conciencia se desenvuelve al volante de un vehículo automotor, o, más en concreto, en el momento de aparcarlo en un espacio colectivo.
Así, cuando precisa trasladar su corporeidad a hábitats compartidos con multitud de otros individuos, tales como una playa abarrotada o la piscina pública, nuestro espécimen manifiesta una sabiduría práctica que supera con creces la de sus congéneres. Es, pues, el primero en detectar que está libre el espacio indicado con un muñeco en silla de ruedas sobre fondo azul, y, en tal caso, estacionará allí sin reparo alguno.
Sin embargo, si las plazas con esta señalización azul no están disponibles y el Malaparcantis no encuentra otros espacios (sépase que no se caracteriza por dedicar su valioso tiempo a dar vueltas en su búsqueda), nuestro espécimen se apalanca en doble fila o en algún punto estratégico donde pueda bloquear el tráfico o impedir que otro vehículo estacionado correctamente consiga salir.
La variante más selectiva de esta especie manifiesta especial afición por inhabilitar otras unidades de estacionamiento diferentes de la suya. Así, si aparca en batería, es frecuente que ocupe dos o más plazas para poder salir y entrar de su coche con mayor holgura. Otras veces, también en un zona para vehículos en batería, él estacionará en paralelo si así puede aprovechar una preciada sombra (véase la imagen).
Si usted está de vacaciones o lo estará en breve, sin duda se topará pronto con más de uno de tales individuos. Desde esta sección le recomendamos que tenga paciencia y que no haga lo que le pide el cuerpo en ese momento.
Así, cuando precisa trasladar su corporeidad a hábitats compartidos con multitud de otros individuos, tales como una playa abarrotada o la piscina pública, nuestro espécimen manifiesta una sabiduría práctica que supera con creces la de sus congéneres. Es, pues, el primero en detectar que está libre el espacio indicado con un muñeco en silla de ruedas sobre fondo azul, y, en tal caso, estacionará allí sin reparo alguno.
Sin embargo, si las plazas con esta señalización azul no están disponibles y el Malaparcantis no encuentra otros espacios (sépase que no se caracteriza por dedicar su valioso tiempo a dar vueltas en su búsqueda), nuestro espécimen se apalanca en doble fila o en algún punto estratégico donde pueda bloquear el tráfico o impedir que otro vehículo estacionado correctamente consiga salir.
La variante más selectiva de esta especie manifiesta especial afición por inhabilitar otras unidades de estacionamiento diferentes de la suya. Así, si aparca en batería, es frecuente que ocupe dos o más plazas para poder salir y entrar de su coche con mayor holgura. Otras veces, también en un zona para vehículos en batería, él estacionará en paralelo si así puede aprovechar una preciada sombra (véase la imagen).
By CVF |
Si usted está de vacaciones o lo estará en breve, sin duda se topará pronto con más de uno de tales individuos. Desde esta sección le recomendamos que tenga paciencia y que no haga lo que le pide el cuerpo en ese momento.
Comentarios
Publicar un comentario