"No hay nada nuevo bajo el sol", recuerda el Eclesiastés, y, en efecto, en el mercado literario también se cumple esta sentencia. No hace tanto vio la luz un libro de la célebre escritora estadounidense Mary Karr, Iluminada, editado en Errata Naturae en 2019, que utiliza una portada que al puñado de lectores que tienen la paciencia de seguirme les recordará a la de Mientras ella sea clara (2011).
Está claro que la inspiración de ambos portadistas proviene de las variaciones de un cuadro de Alex Katz. Es muy posible que los editores de Errata Naturae nunca hayan conocido el mío, pero no deja de ser curioso que utilicen una portada tan parecida para un libro de autobiografía descarnada, al igual que mi Clara adoptaba para sus confesiones a los lectores un tono de inusual sinceridad.
Otras divertidas coincidencias me han ocurrido al nivel de títulos. Así, poco después de que sacara (o me sacaran) Solo yo me salvo (2011), apareció la réplica Nadie se salva solo (2011), de la escritora y actriz Margaret Mazzantini, un buen antídoto al mensaje solipsista que proponía mi título. Cosas de la vida... literaria.
Está claro que la inspiración de ambos portadistas proviene de las variaciones de un cuadro de Alex Katz. Es muy posible que los editores de Errata Naturae nunca hayan conocido el mío, pero no deja de ser curioso que utilicen una portada tan parecida para un libro de autobiografía descarnada, al igual que mi Clara adoptaba para sus confesiones a los lectores un tono de inusual sinceridad.
Otras divertidas coincidencias me han ocurrido al nivel de títulos. Así, poco después de que sacara (o me sacaran) Solo yo me salvo (2011), apareció la réplica Nadie se salva solo (2011), de la escritora y actriz Margaret Mazzantini, un buen antídoto al mensaje solipsista que proponía mi título. Cosas de la vida... literaria.
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