La verdad es que pensaba haber empezado con más rigor la nueva temporada bloguera, en concreto el nuevo comienzo de la serie "Fauna urbana". Pero hay cosas que se anteponen en mi vida. Ahora, por ejemplo, escribo desde Brighton, donde pasaré un mes. Ya os contaré si encuentro huellas del pobre Pinkie. De momento, os mando saludos desde el Royal Pavillion. Que disfrutéis del otoño veraniego mientras yo me acostumbro al invernal.
Hace unos días falleció un autor que me ha dejado huella; se trata de Franz Jalics (1927 -2021), jesuita y místico húngaro, impulsor de la meditación contemplativa como un camino de buscar a Dios no tanto a través del raciocinio o de la acción, o siquiera del sentimiento, sino a través de la percepción. Su obra más representativa, donde expone este sugerente camino con extraordinaria pedagogía, es Ejercicios de contemplación , un libro para leer en pequeñas dosis. De joven Jalics sirvió en el ejército húngaro durante la Segunda Guerra Mundial y allí, según expone en el citado libro, experimentó las primeras llamadas a poner su vida en manos de la Presencia que le susurraba que seguía estando allí a pesar del tremebundo y deprimente galimatías en que se había convertido la Historia contemporánea. Años después, ya jesuita, fue destinado a Buenos Aires, donde trabajó entre la población desfavorecida del Bajo Flores. Allí, en 1976, fue secuestrado por la dictadura argentina junto con otro ...
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