Ir al contenido principal

DOS POEMAS

Esta semana me apetece bajar dos poemas. No soy nada prolífico en poesía, no lo suficiente como para considerarme poeta, aunque siempre me ha parecido que hay algo de presunción en presentarse como tal. La poesía es un accidente que te sobreviene, no una forma de vida. Al menos, en mi caso.
En fin, ahí van.




POR LA PRESENTE, declaro que escribo:
ajeno a los concursos literarios,
a críticos amargos, a huecos en periódicos,
a amigos que me cobren sus favores,
a ir, lo que se dice, de poeta,
sin más testigos que este pobre flexo
y este humilde cuadernillo, adquirido
en bazar chino. Sí, escribo
sin más noción que el alma y el oído,
sin más negocio que el tragarme ausencias
tras treinta y nueve ciclos de cigüeñas;
y lo hago mal o bien, pero persigo
domesticar los cantos de sirenas
(o, si queréis, relinchos de luciérnagas
para ser fiel a viejos espejismos).
Fui iluso como tú, yo también quise
escapar del duro oficio de dar cuentas
en verso desmañado. Y huir del son
que vierte la tristeza en papel hueco
para así testificar “mira, he sufrido”.

En fin, hermano, Abel, mi semejante,
mi hipócrita lector, no hagas más ruido,
que quiero aquí fingir que sigo solo
y que es a mí a quien digo lo que digo.



EL GENIO DE LA TELE

Un buen día, le pasé el trapo de polvo
a una vieja tele amarillenta
arrumbada en el trastero,
y hete aquí
que ante mi sorpresa primigenia
se encendió sola, y apareció un genio.

“Alégrate, amiguito – exclamó–
que ahora se acabarán todas tus cuitas.
Espera a ver la suerte que te aguarda.
Tendrás amor, comfort, y un piso caro,
tu larga vida dará frutos plenos
de arte, inteligencia y de poesía.
Podrás vivir con alguien que te quiera
y nunca sufrirás desprecio ingrato
(aunque de todo hay, tú bien los sabes,
y has de aguantar la envidia del mediocre).
¿Salud? No tienes de qué preocuparte:
algún catarro suelto en el invierno,
y los achaques propios de los años.
Vigor mental, talante moderado,
dinero suficiente para vicios,
– mas no tanto que pierdas la cabeza.
¿Amigos? Unos pocos, pero buenos,
algunos hombros en los que apoyarte,
y paz, esa quietud tan relajada
de quien procura no meterse en líos.
No es tan mal panorama, te lo digo
muy en serio, mi buen amo. Quién pudiera.”

Y así, tras las gestiones pertinentes
para cumplir los fines prometidos,
el genio se ocultó.             Y ya no supe
por qué nunca podré llegar a héroe,
o a destacar en algo, o dar la vida
por causas que de veras lo merezcan.
O simplemente, si me apuras, ser honesto
en este mundo hastiado de desgana.


De Poeta en su tierra (2006)

Comentarios

Entradas populares de este blog

El silencio de Franz Jalics (1927-2021)

Hace unos días falleció un autor que me ha dejado huella; se trata de Franz Jalics (1927 -2021), jesuita y místico húngaro, impulsor de la meditación contemplativa como un camino de buscar a Dios no tanto a través del raciocinio o de la acción, o siquiera del sentimiento, sino a través de la percepción. Su obra más representativa, donde expone este sugerente camino con extraordinaria pedagogía, es Ejercicios de contemplación , un libro para leer en pequeñas dosis. De joven Jalics sirvió en el ejército húngaro durante la Segunda Guerra Mundial y allí, según expone en el citado libro, experimentó las primeras llamadas a poner su vida en manos de la Presencia que le susurraba que seguía estando allí a pesar del tremebundo y deprimente galimatías en que se había convertido la Historia contemporánea. Años después, ya jesuita, fue destinado a Buenos Aires, donde trabajó entre la población desfavorecida del Bajo Flores. Allí, en 1976, fue secuestrado por la dictadura argentina junto con otro ...

Tres años

Hoy se  cumplen tres años del día más horrible de mi vida (hasta la fecha). El tiempo sin duda cierra heridas, pero la cicatriz permanecerá siempre. Es un tópico porque es verdad. Si mantengo el inveterado principio de que escribo poesía inspirado por el dolor del alma, supongo que acabaré componiendo un poemario sobre ella. Pero si también mantengo el parsimonioso cuentagotas con que dosifico mi poesía, no puedo asegurar cuándo. Ahora voy terminando uno sobre una experiencia acaecida en 2017, para que os hagáis una idea... Este poema formará parte (D.m.) del eventual poemario, así que os lo adelanto. Aunque no es reciente, como algunos pocos sabéis. Cada noche cruje un poco nuestra cama. Tengo mucho más espacio, estirarme empieza a ser ya rutina. Soy el amo y el señor de mis dominios colchoneros (parvo imperio). A veces, solo a veces, duermo hondo y apenas me atormenta tu silencio.   Pero juro que hoy el alma empeñaría por volver a los dos quintos retroactivos de mi lado de t...

Cuentos en la escuela del futuro

A propósito de mi entrada de la semana pasada , no puedo reprimir el impulso de reproducir el principio de la escena de Solo yo me salvo  en la que el anciano Malaquías Winkle, quien ha vivido recluido en las últimas décadas de un futuro no muy lejano, visita una escuela. NOTA: Puede haber alguna expresión lingüística que el hablante de castellano de 2019 aún no domina. Se ruega, pues, paciencia.           —A tent@s a lo que viene. Caperucita Progresista se acercaba a casa de su abuelita, una ciudadana cronoavanzada pero en pleno dominio de sus facultades y consciente de sus derechos y obligaciones como ciudadana de una república tolerante, cuando se le acercó el lobo interesándose por los contenidos de su multitáper. Su pregunta no podía en absoluto ser catalogada como indebida ingerencia en las opciones libres de adquisición, sino más bien justificada por la indigencia de un animal marginal infraalimentado, inse...