O'Duffy en pose jotera |
Aparecido en plena pandemia, en la etapa en que no nos dejaban viajar entre comunidades porque al parecer el virus mutaba en las fronteras autonómicas, apenas le dediqué esfuerzo promocional en su momento. (Sí, el pobre autor que no publique en uno de los dos macrogrupos editoriales, si es buena madre de su criatura, debe dedicar esfuerzo a la promoción). Con este libro tuve cierto remordimiento de dejación de deberes maternos (no se trata del newspeak radical de moda, es que creo que todo autor, por muy viril que sea, es más madre que padre) similar al que me sobrevino con Nada personal, que por otros motivos tampoco moví mucho. Pero al menos he tenido propósito de la enmienda, y de vez en cuando participo en algún evento en el que saco a pasear a sendas criaturas para que les dé un poco de aire. La ventaja de no publicar en macrogrupos es que los libros tienen más vida que las semanas de "promo".
En fin, valga lo precedente como contexto para contaros que ayer sábado me invitaron a la feria de Urroz Villa del Libro. Urroz es un pueblecito navarro célebre por promover el biblioturismo, que ayer acogió una feria con puestos y diversas presentaciones de libros. El ambiente fue muy grato y receptivo, pero en algún momento de la fría mañana (no me quité el abrigo hasta volver al coche) me preguntaba cómo había acabado yo allí, dado que mi presencia en Urroz Villa había sido fruto de una serie de coincidencias que podríamos considerar fortuitas.
El caso es que diserté a mediodía sobre O'Duffy, y sucedió algo bastante sorprendente. Un asistente me preguntó cuándo murió el personaje, y al recordar la fecha, resultó ser el 30 de noviembre de 1944. Es decir, ayer se cumplían exactamente 80 años. ¿Me habría arrastrado el espíritu del irlandés a recordarle en Urroz Villa por el octogésimo aniversario de su muerte? Si me pongo a pensar en ello, el lugar podría tener conexiones con la historia del paso de O'Duffy y sus voluntarios por España, conexiones que no revelaré aquí para no hacer un spoiler.
Pero prefiero no pensar en ello, porque ya no estamos en Halloween.
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