Ir al contenido principal

FRASES CON NATA (III): A VER CUÁNDO QUEDAMOS

 A VER CUÁNDO QUEDAMOS

 

Sería todo un acontecimiento planetario concertar un encuentro contigo y disfrutar de tu compañía, tu simpatía y buen humor, además de ponernos al día después de tanto tiempo. De verdad, te aseguro que me encantaría.

El único problema es que estas ganas de profundizar en nuestra cordial relación (o, ¿por qué no?, genuina amistad) no son lo suficientemente intensas como para moverme a concretar una fecha. Es más, prefiero que esta gozosa posibilidad permanezca en el ámbito de lo atemporal, y opto por relegarla a un futuro indefinido, que vete tú a saber si algún día se materializará. Intuyo, además, que por tu parte tampoco hay demasiadas expectativas de que se cumpla la amenaza, algo que de algún modo justifica mi inacción.

Pero, hasta entonces, cada vez que nos encontremos en la calle, en el bus, en el super… nuestra mutua cordialidad nos reafirmará en la autenticidad de tal deseo, y a ninguno nos molestará volver a conjugar el “a ver cuándo quedamos”.

La expresión, por cierto, admite otras variantes, como puede ser “Nos llamamos”, si bien esta acerca un poco más la improbable probabilidad (aunque no demasiado, que conste). Y, como posible respuesta, plenamente homologada en el contexto del posibilismo pasivo, siempre nos quedará la inestimable frase, tan santanderina, que sucintamente responde: “Si eso, ya”.


Más frases con nata

Comentarios

Entradas populares de este blog

¡CATEDRÁTICO!

Muchos me habéis preguntado por ese enigmático toro que iba a lidiar el pasado lunes. Pues bien, se trataba de la prueba del concurso público a catedrático de universidad. Y sí, la pasé con éxito. ¡Alégrate conmigo! Quienes no estéis muy familiarizados con estos procesos quizá os confunda un poco que en la entrada de 24 junio 2022 anunciaba la obtención de la acreditación de catedrático a nivel nacional. Este era el primer paso, quizá el más importante, una condición sine qua non . Pero luego una universidad española debe convocar concurso, y uno debe presentarse, preparar las pruebas y obtener la plaza. Así que lo que ahora celebro es haber llegado al final de este camino. El primer ejercicio de la prueba consistía en defender el propio historial académico, docente e investigador. Hablar de sí no suele resultar muy arduo a un profesor universitario, y menos aún si es escritor. Así que, si me perdonáis que prolongue esa apologia pro vita mea con la que arranqué, compartiré aquí un

La coleta de Pablo Iglesias

Este miércoles 12 de mayo conocimos la gran noticia. Por encima de los tambores de guerra entre Israel y Palestina y los 188 muertos en la ofensiva israelí sobre Gaza; de las decenas de muertos por coronavirus aparecidos en el Ganges; de la explosión en Afganistán que dejó 85 muertos, la mayoría niñas; de la tensión en Nyamar o de los disturbios en Colombia... apareció la gran noticia que todos aguardábamos: Pablo Iglesias se ha cortado la coleta. Incluso quienes hacen de la Igualdad su ariete para derribar fortalezas y murallas acaban demostrándonos que este mundo no es igualitario. Los científicos buscando vacunas, el personal sanitario entregando sus vidas en servicio, los maestros acometiendo día a día esa labor tan ingrata y tan necesaria, los intelectuales buscando nuevas formas de entender el mundo... Incluso cualquier ciudadano normal que vaya a su trabajo o cuide de su familia... Ninguna de estas personas de mérito se gana titulares que sirvan para que la ciudadanía se inspire

Cuentos en la escuela del futuro

A propósito de mi entrada de la semana pasada , no puedo reprimir el impulso de reproducir el principio de la escena de Solo yo me salvo  en la que el anciano Malaquías Winkle, quien ha vivido recluido en las últimas décadas de un futuro no muy lejano, visita una escuela. NOTA: Puede haber alguna expresión lingüística que el hablante de castellano de 2019 aún no domina. Se ruega, pues, paciencia.           —A tent@s a lo que viene. Caperucita Progresista se acercaba a casa de su abuelita, una ciudadana cronoavanzada pero en pleno dominio de sus facultades y consciente de sus derechos y obligaciones como ciudadana de una república tolerante, cuando se le acercó el lobo interesándose por los contenidos de su multitáper. Su pregunta no podía en absoluto ser catalogada como indebida ingerencia en las opciones libres de adquisición, sino más bien justificada por la indigencia de un animal marginal infraalimentado, inserto en una sociedad primitiva —por culpa de la ex