Escena demasiado familiar para todo m/padre de adolescente. ¿Y por qué no puedo tener la habitación hecha una cuadra? ¿Y por qué no puedo venir a casa cuando me dé la gana (en aquellos tiempos)? ¿Y por qué no me puedo poner un piercing en la lengua, o en la teta? ¿Y por qué...? Respuesta del m/padre con el depósito de reserva agotado. "Porque lo digo yo. ¿Vale?" En el fondo, este es el argumento de todo dictador. Afortunadamente, la m/paternidad no se elige por sufragio universal, así que la estampa descrita no resulta demasiado atroz para nuestra sensibilidad democrática. Aunque recordemos que, como nos enseña la ministra de Educación, los hijos no son de los m/padres. Pero esa es otra cuestión. A lo que voy ahora es a la naturaleza intrínseca del citado argumento, que por supuesto tiene diversas variantes. La mejor de estas acaso podría ser algo así como: "Yo sé lo que te conviene mejor que tú, porque tengo más experiencia, y aunque ahora no lo entiendas, lo hago por t...
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