Esta especie tiene su hábitat natural en los autocares de media y larga distancia, en los que construye su nido al cabo de unos pocos instantes del ingreso.
Un primer rasgo que define al espécimen es que considera su derecho inalienable apurar el ángulo de reclinación de su respaldo abatible, independientemente de que detrás viaje una persona de gran volumen o un jugador de la NBA, a quien por supuesto no mirará ni avisará en el momento de descargar todo el peso de su derecho sobre las incautas rodillas de aquel.
Una vez instalado en el asiento a su entera satisfacción, el Vociferus saca su adminículo de telefonía móvil y comienza a organizar sus variados e interesantes asuntos de tal modo que hace copartícipes de estos tanto al conductor como el viajero del fondo que intentaba sestear.
Si acaso consigue culminar sus negocios, demorados hasta poder ser despachados en pleno transporte público, nuestro espécimen aprovechara la estupenda cobertura con que le obsequia su compañía para saludar a ese amigo al que nunca visita, para recordar a su madre que le tenga preparado un buen cocido de pochas con chorizo, o acaso para debatir con su expareja los motivos por los que lo suyo no podía funcionar, todo ello ante la admirada curiosidad de los más oliscones del autocar, o el prolongado fastidio de quienes quisieran dormir, leer, o simplemente no ser vulnerados en su delicada sensibilidad
Un primer rasgo que define al espécimen es que considera su derecho inalienable apurar el ángulo de reclinación de su respaldo abatible, independientemente de que detrás viaje una persona de gran volumen o un jugador de la NBA, a quien por supuesto no mirará ni avisará en el momento de descargar todo el peso de su derecho sobre las incautas rodillas de aquel.
Una vez instalado en el asiento a su entera satisfacción, el Vociferus saca su adminículo de telefonía móvil y comienza a organizar sus variados e interesantes asuntos de tal modo que hace copartícipes de estos tanto al conductor como el viajero del fondo que intentaba sestear.
Si acaso consigue culminar sus negocios, demorados hasta poder ser despachados en pleno transporte público, nuestro espécimen aprovechara la estupenda cobertura con que le obsequia su compañía para saludar a ese amigo al que nunca visita, para recordar a su madre que le tenga preparado un buen cocido de pochas con chorizo, o acaso para debatir con su expareja los motivos por los que lo suyo no podía funcionar, todo ello ante la admirada curiosidad de los más oliscones del autocar, o el prolongado fastidio de quienes quisieran dormir, leer, o simplemente no ser vulnerados en su delicada sensibilidad
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