Miguel Ángel Muro con sus atentos oyentes. Foto: Ascen J. |
La crítica resulta una fase fundamental de la labor de escritura,
primero porque todo escritor tiene que ser antes lector, y tiene que saber
discernir; pero también porque sin una razonable dosis de autocrítica el
escritor no puede producir algo que merezca la pena. Por eso el profesor Miguel
Ángel Muro impartió un año más unas nociones básicas para ejercitar la crítica.
A diferencia de su sesión del año pasado, que analizó obras de autores
consagrados, esta vez propuso como corpus unos relatos anónimos escritos en su
mayoría por autores no profesionales, algunos limitados por requisitos de extensión y
temática definidos por las bases de un concurso.
Además de cuestiones de gusto, hay
aspectos que se pueden objetivar en cierta medida cuando se ejercita la crítica:
la ortografía, el manejo de la lengua, el tiempo, la caracterización de
personajes, etc. También conviene valorar la originalidad y el manejo del
estilo. Teniendo en cuenta estos
aspectos, Miguel Ángel Muro comentó con los participantes del taller los
relatos propuestos, y se generó un animado, y a veces apasionado, debate sobre
los elementos bien y mal construidos. De este modo práctico, se habló sobre la
importancia de construir un principio y un final atractivos, la necesidad de
crear una atmósfera envolvente, el peligro de la inverosimilitud y el valor de
la estructura, entre otros muchos aspectos.
Por cierto, al final de la sesión, y sin dar nombres, don Miguel Ángel
nos mencionó el inquietante rumor de que muchos de los autores de best-sellers de la actualidad tienen “negros” que les
escriben sus obras. ¿Será verdad? Yo sospecho que lo es en más de tres o cuatro.