El pasado sábado 9 recibí la grata sorpresa de leer una reseña de Un puñado de polvo en Babelia, firmada por Ignacio Peyró, erudito y anglófilo. Además de analizar con su acostumbrada agudeza la novela de Evelyn Waugh que he traducido y prologado, Peyró me dedica unas palabras al final de su reseña.
Empieza afirmando que la gran literatura arrastra una
tradición de mezclar lo trágico con lo cómico, “una tradición que, tras pasar
por Shakespeare y Dickens, llega con toda congruencia hasta Evelyn Waugh”. El
entorno es un Londres de entreguerras que aporta “justamente la atmósfera ideal
para un humor […] de sátira social”. Afirma que la novela trata del
enfrentamiento de dos mundos que ya entonces se oponían: por un lado, el de los
hábitos y tradiciones eduardianas, y por otro el de la vanguardia moderna simbolizada
por el apartamento como cuarto propio para la mujer liberada, o por el nuevo uso
del teléfono. Un choque entre “la Inglaterra arcádica y la crisis de la
modernidad”, que se desarrolla a través de una “parábola sin moraleja sobre
bondad, debilidad y destino”.
A la conjunción de economía verbal con el estilo más exquisito
“hay que añadir la objetividad desapegada del narrador, que, de la mano de un
humor seco, da credibilidad y complejidad a la mezcla tragicómica”. Estamos
ante un “Waugh más moderno y menos nostálgico […] pero con el chisporroteo que
le pedimos a la novelita inglesa fácil de leer”.
Supongo que no me conviene acostumbrarme a ser mencionado en
Babelia, aunque sea como
traductor-prologuista. Así que dejadme que lo disfrute por esta vez.
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