ESCRIBIR POR AMOR (Editorial de Fábula 44) Cuentan que el escritor victoriano Anthony Trollope tenía un hábito de escritura tan estricto que se imponía una rutina inamovible de dos mil a tres mil palabras diarias, cayera quien cayera, y que, una vez terminado un libro, empezaba inmediatamente el siguiente. Sólo así se explica su ingente producción de setenta títulos (descartando, claro, la ayuda de otras manos, blancas o negras). Me rondan tales reflexiones porque en estos días, tras cinco años de recorrer otros caminos de escritura, he empezado la que, si ve la luz, será mi quinta novela. He vuelto a revivir la emoción de construir un universo paralelo poblado por criaturas cuyas vidas dependen en gran medida de mi voluntad, o de mi imaginación, o de la primera domeñando la segunda, o viceversa. Para un escritor liberado de la esclavitud de vender (por decirlo de modo positivo), sumergirse en una novela es una experiencia transformadora que te saca de ti, de tu contingencia, para...
Comentarios, reflexiones y noticias. Mis novelas, relatos breves, traducciones y poemas.