Domingo electoral en España, por partida triple. A ver si a partir de ahora los políticos dejan de prometer y empiezan a cumplir (aunque en algunos casos igual es mejor que no cumplan lo que prometen). En fin, con ocasión de tantas citas con las urnas para ejercer nuestra ínfima parcela de libertad de elección, he comprobado la también ínfima privacidad de la que gozamos los españoles hoy en día. Como mis compatriotas habrán comprobado en carne propia, estos días hemos recibido montones de cartas de los partidos políticos. Este año más, pues más organizaciones maman de la ubre y, por consiguiente, disponen de más dinero (público) para invertir en propaganda. Pero lo curioso del caso es que todas esas cartas de partidos llevan mi nombre completo, dos apellidos y dirección. Es decir, que yo, como usted, estoy fichado en las bases de datos de organizaciones que no me interesan lo más mínimo y que, al menos, saben dónde vivo. En estos tiempos en que te marean con cláusulas para s...
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