O no tiene aspirador, o no lo sabe usar. Sus brazos suelen ser musculosos, y con la actividad que le da nombre se ahorra una fortuna en gimnasios. El atuendo es, si no preceptivo, sí característico: en la hembra, la bata florida; en el macho, una impecable canottiera ocean con marcas bajo la axila. Es un animal más bien matutino, y se deja llevar por un instinto de pulcritud mal entendido. Una de las horas favoritas en que se manifiesta es la de entrada en los colegios, para hacer así partícipes a los infantes de su peculiar cosmovisión. No le arredra que haya peatones bajo sus fecundos felpudos, manteles, esterillas, escobones y demás, ni que aquellos sean escolares. La variante más salvaje de este espécimen puede llegar a tirar colillas al respetable. En estos casos, hay pocas posibilidades de que el individuo sea recuperable para el género humano. A pesar de lo dicho, esta especie ha llegado a inspirar algún que otro verso de poetas aficionad...
Comentarios, reflexiones y noticias. Mis novelas, relatos breves, traducciones y poemas.