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ALBERTO MARCOS Y LOS DECÁLOGOS DEL CUENTO



Foto: Nacho Torres
El martes 25 de marzo de arrancó la V Edición del Taller de Crítica y Creación Literarias, y lo hizo de la mano de Alberto Marcos, editor y autor de un reciente libro de cuentos, La vida en obras, que está dando que hablar. Antes de cederle la palabra, di la bienvenida a los asistentes (caras nuevas la mayoría) e introduje el taller, repitiendo la consabida advertencia de que “esto no es Lourdes”. Seguidamente Andrés Pascual, viejo amigo de la casa, presentó al ponente. “Yo a este tío le quiero… mucho”, creo que dijo.
            Alberto se ganó a los asistentes desde el minuto cero, si bien estos demostraron pronto su excelente disponibilidad. Empezó con un breve recorrido por la historia del cuento desde sus orígenes orales, pasando por la etapa mitológica, la hagiográfica, el cuento maravilloso o el psicologismo del siglo XIX.
Reconoció que en el siglo XX y lo que llevamos del XXI ha sido empeño común de eminentes cuentistas formular decálogos definiendo las características ideales del cuento. Comentó algunos de estos postulados, en gran medida irónicos, tales como la “cima inaccesible” de Horacio Quiroga, el “aprovechar las desventajas” de Augusto Monterroso, incluso el “no leas a Cela ni a Umbral” de Bolaño, junto a otras recomendaciones de García Márquez, Ribeyro u Onetti. De todos estos decálogos, Alberto se detuvo más en el de Andrés Neuman (que nos visitó hace un año), y glosó alguno de sus consejos: “contar es saber guardar un secreto”, “narrar es seducir”, “en las primeras líneas, el cuento se juega la vida; en las últimas, la resurrección” (no son literales).
Foto: Nacho Torres
A continuación analizamos tres relatos propuestos previamente: “Un hombre bueno es difícil de encontrar”, de Flannery O’Connor, “Tanta agua tan cerca de casa”, de Raymond Carver, y “Dimensiones”, de Alice Munro. Relatos duros, acaso angustiosos, pero muy reveladores de lo que tiene que ser un buen cuento. Fluyeron las interpretaciones, muchos asistentes aportaron su propia experiencia lectora y el grado en que los relatos les habían llegado al alma. Obviamente, esta parte del taller es irrepetible e irreproducible: la especial comunión que proporciona la lectura compartida hay que vivirla.
La sesión concluyó con una propuesta de decálogo a partir de lo que habíamos comentado entre todos. El cuento debe ser concreto, preciso, sobrio. Ha de aportar indicios, pero no dar todas las respuestas. Debe hurgar en la parte oscura, pero sin destriparla. Debe descubrir lo extraordinario dentro de lo ordinario, alumbrar el misterio. Saber explotar el punto de vista narrativo, sin descuidar un cierto ritmo de acción. Y, de cara al autor, un consejo final: escribir de lo que sabemos.
            Y también como todo buen relato, la intervención de Alberto nos dejó ganas de más.

Comentarios

  1. Alberto estuvo muy bien, la verdad... Su recomendación de "Misterios y maneras" de O´connor un verdadero acierto para contarnos la trastienta de la creatividad en los cuentos. Ha sido la primera vez que compro un ebook (9,99, en ediciones encuentro) y es mérito de la pasión y las ganas de Alberto.

    Espero como un enamorado los martes.

    Muy bien mi oficial, así me apunto a cualquier guerra!!

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