Esta semana me apetece bajar dos poemas. No soy nada prolífico en poesía, no lo suficiente como para considerarme poeta, aunque siempre me ha parecido que hay algo de presunción en presentarse como tal. La poesía es un accidente que te sobreviene, no una forma de vida. Al menos, en mi caso. En fin, ahí van. POR LA PRESENTE, declaro que escribo: ajeno a los concursos literarios, a críticos amargos, a huecos en periódicos, a amigos que me cobren sus favores, a ir, lo que se dice, de poeta, sin más testigos que este pobre flexo y este humilde cuadernillo, adquirido en bazar chino. Sí, escribo sin más noción que el alma y el oído, sin más negocio que el tragarme ausencias tras treinta y nueve ciclos de cigüeñas; y lo hago mal o bien, pero persigo domesticar los cantos de sirenas (o, si queréis, relinchos de luciérnagas para ser fiel a viejos espejismos). Fui iluso como tú, yo también quise escapar del duro oficio de dar cuentas en verso desmañado. Y huir del son que vierte la trist
Comentarios, reflexiones y noticias. Mis novelas, relatos breves, traducciones y poemas.