El pasado jueves impartí una charla online en la Universidad Pablo Olavide de Sevilla para cerrar un ciclo de conferencias dedicado a la traducción. Esta invitación me hizo volver a desempolvar una faceta que tengo un tanto postergada, la de traductor. Entre 2008 y 2012 me mantuve bastante activo en este frente: había sacado mi primera traducción, Hombres en armas (2003), el poema “The Pilgrim to Compostella” de Robert Southey en Viajeros y peregrinos en el camino de Santiago riojano (IER, 2004), y a partir de ese año trabajé duro en Neutralia (Menoscuarto, 2009), Oficiales y caballeros (Cátedra, 2010), Vagabundo en París y Londres (Menoscuarto, 2010), Rendición incondicional (Cátedra, 2011, con Gabriel Insausti) y finalmente Izad más banderas (RBA, 2012). Pero desde este libro no he vuelto a traducir, y de verdad que lo echo de menos. No es cuestión de que haya colgado los diccionarios; la culpa (por decirlo de alguna forma) la tienen otros proyectos en los que me he em...
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