Un microrrelato inédito para consuelo de candidatos perdedores (como uno que yo me sé). Ah, y que paséis buen verano, lectores... DERROTA ELECTORAL La verdad es que él no había querido concurrir a estas elecciones. Se había dejado liar. Claramente, no tenía madera de político. Hablaba bien, eso era innegable, incluso mejor que nadie, pero le faltaban los rasgos que configuran el perfil del profesional de la política. La doblez, por ejemplo. A él le gustaba ir con la verdad por delante, y ya se sabe que con este planteamiento no se puede llegar muy lejos. Quizá desde una perspectiva externa se podría haber supuesto que su contrincante no tenía apenas posibilidades frente a él. Pero tal hipotético observador externo estaba, a las claras, equivocado. Su contrincante, a pesar de su historial delictivo y de su aparente inadecuación (el “hijo de papá”, le apodaban), acababa de conseguir el respaldo popular unánime. Quizá, bien mirado, también fuera problema del e
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