Hace quince años, Samira (nombre ficticio) acababa de llegar con su familia de Marruecos. Con nueve añitos, tenía serias dificultades para manejarse en el nuevo colegio con el nuevo idioma. Sin embargo, en el centro le comentaron que podía acudir por las tardes a ciertas aulas de la Universidad de La Rioja, donde unos jóvenes voluntarios le podían dar clases de apoyo sin coste para su familia. Se trataba del proyecto “Apoyo escolar” de la asociación Ayuda Social Universitaria de La Rioja (ASUR), que entonces se desarrollaba en el mismo campus. Con el tiempo, Samira consiguió superar sus dificultades de aprendizaje, empezó a sacar buenas notas, e incluso obtuvo plaza en el grado de magisterio, donde acabó graduándose con buenos resultados. A lo largo de sus cuatro años de universitaria, Samira fue voluntaria en el apoyo escolar de ASUR y se dedicó a hacer con otros niños y niñas lo que habían hecho con ella en su infancia. Ahora da clases en un colegio. Algo que contribuye a fortalecer ...
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